Salmos 65,5
Tratado del sacerdocio n. 2: [Los ángeles] de ver [a los sacerdotes] tan honrados de Dios, hónranlos ellos, y oyen con temblor las santas palabras que de la boca del sacerdote salen, y adoran a su mismo Rey y Señor en las manos del sacerdote, como una y muchas veces lo adoran en los brazos de la sagrada Virgen María. ¿Quién no exclamará, si esto bien siente, con el profeta David: Quis loquetur potentias Domini, auditas faciet omnes laudes eius? ¿Quién no dirá: Venite et videte opera Dei, benignissimi, et dulcissimi super sacerdotes?