Éxodo 32,30
Tratado del sacerdocio n. 8: Y así dice san Ambrosio pidiendo socorro de oraciones ajenas: Talium, Domine, preces numquam spernis, si, ut pro me orent, ipse inspiraveris [«De estos, Señor, tú no rechazas nunca las oraciones, si tú mismo les has inspirado para que oren por mí»]. Tal fue la oración de Moisés cuando alcanzó perdón para el pueblo, y la de otros muchos; y tal conviene que sea la del sacerdote.