Mateo 3,14
Tratado del sacerdocio n. 20: Pues en tales espejos se mire el sacerdote que va a consagrar, y entre ellos no olvide aquel tan principal que es san Juan Bautista, que, de solamente echar agua en la cabeza de Cristo, se tenía por indigno, y con profundo temblor y reverencia decía: Ego a Te debeo baptizari, et Tu venis ad me? Y, a esta cuenta, mayor santidad ha menester un sacerdote y mayor espanto y admiración le ha de tomar, pues trata al Señor con trato más familiar que san Juan Bautista.