1 Corintios 3,9
Tratado del sacerdocio n.9:  [Los sacerdotes] no solo se llaman ayudadores de Dios, como dice san Pablo, porque con el ejercicio de su santa palabra y administración de los santos sacramentos le ayudan a salvar las ánimas; mas también son ayudadores, y muy grandes, en que, mediante su oración, alcanzan que la misma predicación y buenos ejercicios se hagan con fruto.