2 Corintios 7,1
Tratado del sacerdocio n.12: La misma santidad de cuerpo y espíritu pide a los de Corinto para que sean partícipes en las promesas de Dios. ¡Cuánto más la debe tener el que no solo espera promesas, mas ha recibido de la mano piadosa de Dios el oficio sacerdotal, merced grande, como san Ambrosio pondera!